Es una constante. Te equivocas, te das cuenta de qué has hecho mal, te propones cambiar y... te vuelves a equivocar en lo mismo. Esas tendencias, pensamientos o reacciones echan abajo horas y horas de entrenamiento. Y desesperadamente, vuelves a caer en ello. Existe una explicación científica para ello. ¿Quieres conocerla?
Es algo muy habitual entre deportistas de todos los niveles y condición. Se encuentran en el punto en que ya saben qué es aquello que tienen que cambiar mentalmente para aumentar su rendimiento, pero no son capaces de hacerlo. En mis años de trabajo me he encontrado con muchos que saben qué el perder los nervios tras un error solo les va a crear problemas. O que no deben venirse abajo en caso de empezar perdiendo el partido. Igual sucede con la frustración, saben que es su peor enemiga. Es decir, deportistas que tienen un alto conocimiento sobre sus condiciones psicológicas, pero que sin embargo son incapaces de resolver los mismos problemas que se encuentran a diario.
Saben que tienen que controlar de su mente, incluso saben cómo tienen que hacerlo, pero tropiezan una y otra vez con la misma piedra. ¿Por qué sucede esto? ¿Cómo puede ser que deportistas de un altísimo nivel técnico, y físico repitan una y otra vez los mismos errores a nivel mental?
Encontramos una explicación psicológica a esta circunstancia en lo que se denomina como "el efecto irónico del control mental". Explica por qué cuanto más control queremos tener sobre nuestros pensamientos y sensaciones, conseguimos justamente lo contrario. Está investigación se la debemos a Daniel Wegner (ver en wikipedia) , psicólogo social que trabajo en la Universidad de Harvard. Desarrolló lo que se conoce como "La teoría del proceso irónico", y explica lo que te comento en el artículo de hoy.
Lo has vivido muchas veces.
Piensa por un momento en tu propia circunstancia. ¿Recuerdas aquella vez que te ibas a enfrentar a un determinado rival que sabía cómo sacarte de quicio con alguna treta? ¿Recuerdas cómo estuviste mentalizando toda la semana de que no ibas a perder la calma y vas a seguir concentrado en el partido? ¿Recuerdas ahora cómo finalmente él se salió con la suya y tú acabaste perdiendo los nervios?
Bueno, pues te alegrará saber que esto no solamente nos sucede o ha sucedido a todos, sino que además tiene una explicación científica. Hay un ejemplo mucho más claro en el día a día que te ayudará a entender de lo que te estoy hablando. Estás cansado y al día siguiente tienes que madrugar, así que decides irte a la cama para dormir el mayor número de horas posible. Sin embargo, cuanto más quieres dormir, relajarte, desconectar, más despierto pareces estar. ¿Irónico verdad?
Presión, nervios, bajo rendimiento, falta de concentración, baja confianza...
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¿Por qué te sucede esto?
Esa atención que ponemos al cambio que deseamos alcanzar, Daniel Wegner lo denominó proceso operativo, y requiere grandes dosis de esfuerzo mental. Por otro lado, está aquello que queremos evitar, que lo denomino proceso de supervisión, y que requiere bastante menos esfuerzo mental. Es decir, entre ir al proceso operativo o mantenerse en el proceso de supervisión, el cerebro siempre optará por la segunda opción. Sucede como con el mantenimiento de malos hábitos, que realmente resultan difíciles de cambiar.
Nuestra mente se centra en aquello que queremos evitar, y es eso precisamente lo que hace que lo mantengamos. Será mucho más sencillo que obtengamos éxitos si nos centramos en lo que queremos conseguir, el lugar de aquello que queremos evitar. Fíjate en la importancia que tiene aquí la manera en que nos hablemos y como fijemos nuestros objetivos. Una vez más el auto lenguaje puede ser clave para cambiar las circunstancias que no nos gustan.
Este efecto irónico lo han puesto de manifiesto diversas investigaciones realizadas con deportistas. Te dejo este interesante estudio (en inglés) realizado con jugadores de fútbol en 2010 por Binsch, Oudejans, Bakker, Hoozemans & Savelsbergh. " Efectos irónicos en las tareas de un penalti simulado. ¿Es esencial la redacción negativa de la instrucción?" (file:///C:/Users/migue/Downloads/2010%20Binsch%20et%20al.%20IJSP.pdf)
¿Qué puedo hacer para rebajarlo?
Como verás la pregunta no es que puedo hacer para controlarlo. Seguramente el querer controlar estas situaciones es lo que me va a llevar al fracaso. Céntrate mejor en intentar rebajar y poco a poco aprenderás a gestionarlo de manera mucho más positiva para ti.
Hay dos herramientas de entrenamiento que te van a ayudar.
- PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜISTICA: formular tus objetivos en positivo, es decir, no centrarte en lo que quieres evitar, si no en lo que quieres conseguir. El cerebro no entiende el "No". Por eso cuando te dices no quiero ponerme nervioso, lo que interpreta es justo lo contrario. Así que aprende a hablarte de manera que te puedas entender y ayudar. Aprende a reprogramar tu mente para cambiar tu comportamiento. Te dejo un enlace en el que hablaba sobre la programación neurolingüística (leer artículo=.
- MINDFULNESS: se trata de un potentísimo entrenamiento mental, que bien explotado en el deporte en concreto del que estés hablando, da grandes resultados a nivel de rendimiento. Hay tres aportes fundamentales que conseguirás practicando mindfulness dirigido al deporte que te van a ayudar a cambiar esas conductas que tanto te perjudican.
- 1. Por un lado, conseguir a rebajar el nivel de estrés, dado que el mindfulness te ayuda a potenciar la relajación. El estrés es uno de los principales activadores de esa tendencia al comportamiento irónico.
- 2. Vas a aprender a vivir en el presente, es decir evitarás la preocupación de volver a cometer errores del pasado en el futuro. ¿Cuándo has hecho algo en el pasado? ¿Cuándo has hecho algo en el futuro? Pues eso, aprende a centrarte sólo en lo que tienes entre manos.
- 3. Por último, con mindfulness aprendes a dirigir tu atención hacia lo que más te interesa. En este caso lograrás centrarte precisamente en aquello que quieres conseguir y no en lo que quieres evitar.
Como ves, tienes la oportunidad de empezar a entrenar tu mente para que estos objetivos te resulten mucho más cercanos y alcanzables. Ahora simplemente tienes que decidir cuándo quieres empezar de verdad a cambiar tu rendimiento y actitud en competición de manera positiva para alcanzar aquello que deseas.
¡¡MUCHO ÁNIMO!!